La reforma tributaria presentada por el ministro de Hacienda José Antonio Ocampo pone en riesgo las leyes del cine: 814 de 2003 y 1556 de 2012. La industria audiovisual y cinematográfica ha logrado beneficiarse de esta legislación para la creación y producción de películas, cortometrajes, series, videos musicales y otros formatos, generando efectos positivos en el sector audiovisual y en el país.
La Ley 814 fomenta el desarrollo a nivel local, crea el Fondo para el Desarrollo Cinematográfico (FDC) a partir de la compra de entradas de cine para cualquier película en todas las salas de cine del país, y beneficios tributarios, para que empresas y personas naturales inviertan y donen en el sector.
A su vez, la Ley 1556 permite fortalecer el diálogo intercultural con otras naciones a través de servicios de producción y coproducciones: ha traído al país capital extranjero, ha exportado talento nacional, y ha generando más y mejores oportunidades de trabajo para creativas y creativos de Colombia. Además, fomenta el incremento de inversión extranjera en el país para la ejecución de grandes proyectos con mayores presupuestos. Hasta el año 2019 sólo beneficiaba películas de ficción y documental o pilotos para series, a partir de ese año abrió sus estímulos para series en general y otros formatos audiovisuales. Esta ley ha evolucionado hasta el punto en que desde hace 4 años es una fuente de financiación para contenidos locales e historias propias.
Los incentivos tributarios CINA (Certificados de Inversión Audiovisual) de la Ley 1556 son fundamentales para la consolidación de buenas prácticas laborales y pagos justos para el sector artístico y técnico en general. Son una gran oportunidad para mejores salarios y condiciones de trabajo para todos, incluyendo el gran número de personal de labores de la base de la pirámide de la industria.
Según el ministro de Hacienda y la ministra de Cultura, con la nueva reforma tributaria no se afectaría la Ley 814 de 2003; el sector cultural y audiovisual reconoce el compromiso de la ministra de Cultura con este tema. Sin embargo, el mismo sector considera que estas leyes no se deben ver como actores independientes, sino como un conjunto de normas que se complementan y benefician a varios sectores.
De afectar alguna de estas leyes, sus efectos pueden echar atrás los avances de los últimos 25 años, durante los cuales la industria ha luchado junto a más de cinco gobiernos nacionales completos. Son leyes con efectos que podrían parecer incipientes, pero han sido muy positivos para el país y han afectado directamente otros sectores como el turismo, transporte y logístico, a través de servicios que se subcontratan para todas las producciones realizadas en el marco de ambas leyes. Es un error creer que estas leyes son una herencia del gobierno anterior.
Desde el Congreso, Daniel Carvalho, representante a la Cámara por Antioquia, expresó su preocupación por el impacto de la actual reforma en el sector: “ambas leyes son complementarias: sin una de ellas, la industria audiovisual colombiana quedaría ‘coja’. Sus efectos pueden echar atrás todos los avances que ha tenido el sector en los últimos 20 años”.
Esta actual reforma tributaria es una oportunidad única no sólo para mantener los estímulos a la industria audiovisual y cinematográfica, sino para fomentar una gran conversación nacional entre el sector y sus diferentes subsectores y agremiaciones en búsqueda de mejorar las condiciones de todos, y de generar los mayores impactos en los territorios y comunidades donde más se necesitan.
Cordialmente,
ASOCINDE (Asociación Colombiana de Productores de Cine Independiente) MECA (Asociación de Empresas Audiovisuales y Cinematográficas de Medellín y Antioquia)
Asociación Audiovisual de Cali y el Valle.
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