Por medio del cual se modifica la Ley 1566 del 2012, se dan lineamientos para una política de reducción de riesgos y daños para el consumo de sustancias psicoactivas y se dictan otras disposiciones.
Una realidad:
Partamos de una realidad: las personas adultas consumen sustancias psicoactivas sean estas legales o no.
El 84% de la población colombiana consume alcohol
Más de 800.000 personas consumen alguna sustancia ilegal. La mayoría de estas lo hacen ocasionalmente.
En la última década se ha duplicado la variedad de sustancias circulantes en América Latina. Más de 200 sustancias distintas se han identificado.
El consumo de algunas de estas sustancias son un riesgo inminente para la salud. El Estado poco conoce sobre las dinámicas de consumo y sus potenciales riesgos.
Un problema:
Las políticas que buscan la abstinencia son necesarias, sobre todo para la población menor de edad, pero han sido ineficaces en la población adulta que ya tiene algún consumo.
Las políticas del Estado se han centrado principalmente en la abstinencia -que la gente no consuma sustancias psicoactivas- y en la atención especializada a los consumos problemáticos.
Si bien estos enfoques son muy importantes han sido insuficientes para la mayoría de la población adulta que tiene algún tipo de consumo pero que no requieren de una atención especializada en salud.
La sociedad colombiana tiene poca cultura de cuidado y de responsabilidad frente al consumo de sustancias psicoactivas, incluso en el consumo de sustancias legales como el alcohol.
Una alternativa:
Existe un enfoque de salud pública pragmático y respetuoso de los derechos y libertades: el enfoque de reducción de riesgos y daños y la promoción de prácticas de cuidado. Este enfoque busca que las personas adultas que ya consumen alguna sustancia sea legal o ilegal, sean conscientes de los potenciales riesgos y daños que tiene su consumo y que existen prácticas y procedimientos para reducirlos.
Este enfoque ha sido referenciado en más de 95 países y las Naciones Unidas ha instado a los Estados para que lo implementen en sus políticas de salud pública y prevención.
La reducción de riesgos y daños complementa la prevención del consumo de sustancias psicoactivas y su objetivo es cuidar la salud de la gente respetando sus derechos y libertades.
Nuestra propuesta:
Modificar la ley 1566 de 2012: Es por lo anterior que proponemos modificar la ley 1566 de 2012 “por la cual se dictan normas para garantizar la atención integral a personas que consumen sustancias psicoactivas y se crea el premio nacional “entidad comprometida con la prevención del consumo, abuso y adicción a sustancias psicoactivas” para introducir el enfoque de riesgos y daños y complementar los niveles de atención.
Políticas basadas en la evidencia: Proponemos que la implementación de políticas de salud pública de reducción de riesgos y daños esté enmarcado en una política de salud pública basada en la evidencia médica y científica disponible.
Reducción del riesgo y daño para el alcohol: Proponemos una política de reducción de riesgos y daños para el consumo de alcohol ya que esta es la sustancia más consumida por las y los Colombianos y que genera múltiples problemas de salud, de convivencia y accidentalidad vial.
Reducción del riesgo y daño en establecimientos, conciertos y festivales: Proponemos que existan protocolos y servicios de reducción de riesgo y daños en establecimientos públicos nocturnos, festivales y conciertos. Estos protocolos deberán articularse con los servicios de salud y atención temprana y deberán contemplar servicios como acceso sin restricción a la hidratación, zonas de descanso y testeo de sustancias.
Generación de conocimiento: Necesitamos que haya más y mejor conocimiento sobre los patrones de consumo de sustancias psicoactivas lícitas e ilícitas. Por eso proponemos la generación de informes periódicos sobre los patrones de consumo y los tipos de sustancias que circulan en el territorio nacional para tomar decisiones de salud pública informadas y focalizadas.
Investigación médica y científica: Proponemos que se fomente y se financie la investigación médica y científica sobre el fenómeno de sustancias psicoactivas y su impacto en la salud pública.
Participación sociedad civil y academia: La formulación, implementación y evaluación de las políticas de prevención, atención y reducción del riesgo y del daño en el consumo de sustancias psicoactivas deberán contar con la participación de la academia y de la sociedad civil.